Gran circuito de Marruecos: Casablanca, Chefchaouen, Fez, Marrakech y más - 13 días

Hoy llegarás a Casablanca y tu chófer privado te recogerá en el aeropuerto. Tu aventura marroquí comenzará con una visita a la Mezquita de Hassan II, que tiene uno de los minaretes más altos del mundo. Este impresionante edificio es representativo de lo mejor de la arquitectura marroquí, y es también la única mezquita abierta al público con visitas a su interior.

Después de comer, te dirigirás hacia Rabat. En Rabat, visitarás la Torre Hassan, un minarete de la mezquita incompleta y Mausoleo de Mohamed V. Todo lo que queda en la zona es el minarete y unas 200 columnas inacabadas.

Esta noche te alojarás en Rabat, y la cena será por tu cuenta con las recomendaciones de tu conductor.

Hoy te dirigirás a Chefchaouen. Esta pequeña ciudad es una delicia visual en azul; paredes, puertas, ventanas, escaleras, callejones y arcos: todo es una combinación de tonos pastel, azul cielo y tonos más intensos y profundos. Chefchaouen está situada en el corazón de las montañas del Rif y es popular entre los viajeros que quieren sentir el Marruecos antiguo.

Tras registrarte en tu riad (una casa tradicional marroquí), eres libre de explorar la ciudad a tu ritmo o simplemente relajarte. La plaza Outa el Hammam, la plaza principal, es un lugar para ver pasar el mundo. Camina por las callejuelas alejadas de las zonas turísticas y encontrarás la vida cotidiana de la ciudad. Ir de compras aquí es estupendo para los que se preocupan por el presupuesto, y podrás encontrar prendas de lana hechas a mano, mantas tejidas, muebles de madera de cedro y otros trabajos artesanales. No dejes de pedir un café Maqlouba (al revés) y disfrútalo mientras observas a las mujeres locales sacar agua y lavar la ropa en el manantial cercano.

Disfruta de la cena por tu cuenta, antes de retirarte a dormir.

¡Buenos días! Fíjate en los edificios azules de Chefchaouen, que brillan con la luz de la mañana. Asegúrate de levantarte temprano para ver el amanecer sobre las montañas desde la cercana mezquita española. Como muchas tiendas no abren hasta las 10 de la mañana, puedes aprovechar este tiempo para pasear por la serena ciudad.

Después, partirás hacia una excursión guiada por las montañas del Rif. Aquí tendrás la oportunidad de explorar la naturaleza salvaje entre los cedros y podrás caminar hasta las Cascadas d'Akchour, una impresionante cascada que merecerá muchas fotos. También encontrarás cascadas más pequeñas por el camino y, según el tiempo que haga, podrás darte un refrescante chapuzón. Al otro lado del río, puedes tomar el empinado sendero hacia el Puente de Dios, una formación rocosa natural. O puedes seguir el cañón para ver el puente desde abajo.

Una vez de vuelta en Chefchaouen, visita la medina y rodéate de la belleza de la ciudad. Da un paseo hasta el mercado, donde podrás comprar fruta fresca para disfrutarla, y luego observa a los transeúntes locales vestidos con trajes tradicionales de vivos colores. La cena es libre, y tendrás el resto de la noche para relajarte antes de pasar mañana a tu siguiente excursión.

Hoy te despedirás de Chefchaouen y viajarás hacia el sur, a Fez. Antes de partir, tendrás tiempo para explorar un poco más la medina. Puedes ver el amanecer desde la mezquita española si te levantas lo suficientemente temprano, o puedes pasar una mañana relajada viendo cómo cobra vida la ciudad desde un café de la plaza Outa el-Hammam.

De camino a Fez, visitarás Volubilis, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que contiene las ruinas romanas mejor conservadas de Marruecos. Puedes tomarte un agradable descanso de la conducción para recorrer el enorme complejo, explorando grandes casas de mercaderes con sistemas de calefacción visibles, templos y muchos mosaicos bien conservados. Suele haber guías disponibles aquí para contratar por tu cuenta si lo deseas, y tu conductor puede ayudarte con ello.

A continuación, nos dirigimos a Moulay Idriss, que desde la distancia parece un camello sentado. Moulay Idriss fue fundado en 789 d.C. por Moulay Idriss tras huir de los conflictos religiosos y tribales de La Meca. Fue aquí donde fundó la dinastía idrisí, lo que convirtió a Moulay Idriss en la primera capital islámica de Marruecos y en un lugar de importancia cultural permanente. La ciudad alberga también el único minarete redondo de Marruecos. Puedes almorzar aquí o esperar a comer en la siguiente parada.

La última parada antes de Fez es la próspera ciudad de Meknes. Tiene una medina más pequeña que la de Fez y puedes explorarla a un ritmo tranquilo, sin preocuparte por los agresivos tenderos. Tu conductor te guiará por la zona de la Ville Impériale, donde podrás ver jardines, palacios, la impresionante puerta de Bab al-Mansour, el Mausoleo de Moulay Ismail y las Caballerizas Reales. Muchos de estos palacios se construyeron con materiales tomados de Volubilis, ¡así que estate atento a las columnas romanas escondidas en lugares inesperados!

Terminarás el día en Fez, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos. Fez fue fundada por Moulay Idriss I y su sucesor, Moulay Idriss II, la convirtió en capital de la dinastía idrisí. Te llevarán a tu riad en la medina de Fez, y la tarde y la noche serán tuyas.

La antigua e inolvidable medina de Fez es un laberinto de callejuelas serpenteantes que ascienden a ambos lados de un empinado valle fluvial y es la mayor zona urbana sin coches del mundo. Es probable que te pierdas al explorar la medina de Fez por tu cuenta, ¡pero esto también puede ser liberador! El secreto para encontrar la salida de la medina es prestar atención a si caminas cuesta arriba o cuesta abajo. Caminar cuesta arriba te llevará generalmente al borde de la medina, donde podrás coger un taxi o ver más fácilmente adónde quieres ir.

Tu guía se reunirá contigo después del desayuno para comenzar tu día de exploración en la medina de Fez. Esta medina protegida por la UNESCO está llena de callejuelas del ancho de un brazo y caminos del ancho de un burro. Tu guía nacido y criado en Fez compartirá contigo historias ocultas y te mostrará rincones recónditos de la medina, y observarás la vida cotidiana y la magnificencia de las madrasas y palacios de Fez. Tu guía te ayudará a conocer la fabulosa Fez como sólo puede hacerlo un auténtico lugareño. Asegúrate de pedir a tu guía sugerencias para el almuerzo.

Fez es un centro neurálgico de la artesanía y las artes marroquíes, y te reunirás con artesanos para conocer la historia y la importancia de sus oficios. Visitarás curtidurías y talleres de mosaico para observar los métodos artesanales tradicionales que se siguen utilizando hoy en día.

Por la tarde, regresa a tu riad y relájate un rato. Después, haz una visita guiada al hammam local (baño público tradicional). Es una de las cosas más relajantes que puedes hacer tras un largo día de caminata. Después del baño, podrás disfrutar de la tarde para ti solo.

Hoy te embarcarás en una visita guiada de un día por la ciudad de Sefrou. Tu guía se reunirá contigo en tu riad después del desayuno.

Sefrou es una ciudad amurallada, enclavada en las laderas de las montañas del Atlas Medio, a unos 17 kilómetros al sureste de Fez. Sefrou tiene una historia y una cultura interesantes que, hace años, llamaron la atención del antropólogo estadounidense de fama mundial Clifford Geertz y sus alumnos, que basaron aquí algunos importantes libros académicos en sus investigaciones. La ciudad comenzó como ciudad-mercado en la época romana y como punto de parada para las caravanas de comerciantes que se dirigían del Mediterráneo al desierto del Sahara. Luego se convirtió en una importante ciudad marroquí mucho antes de que se construyera Fez en el siglo VIII. De hecho, Moulay Idriss II vivió en Sefrou mientras construía Fez.

La ciudad era un crisol de culturas, ya que marroquíes bereberes judíos y argelinos llevaban muchos siglos asentándose allí. Antes de que la mayoría de los marroquíes judíos abandonaran el país con la marcha de los franceses en las décadas de 1960 y 1970, un tercio de la población de Sefrou era judía.

La agricultura es la principal actividad de la región. El terreno montañoso es el lugar ideal para los árboles frutales, especialmente las cerezas. Sefrou es conocida por su fiesta de la cereza, considerada por la UNESCO una de las celebraciones regionales más antiguas y destacadas de Marruecos. Este acontecimiento anual fue introducido por los franceses en 1919 y tiene lugar durante la cosecha de las cerezas, a principios de junio. Ofrece a los lugareños la oportunidad de mostrar las encantadoras costumbres, tradiciones, arte y artesanía de la zona a miles de visitantes. El festival alcanza su apogeo con la coronación de "Miss Festival de la Cereza" y un desfile de hermosas y coloridas carrozas el tercer día del festival.

Mientras estés aquí, visitarás el Centro de Artesanía de Sefrou (Ensemble Artisanal de Sefrou). Este hermoso complejo está situado junto a la ciudad vieja y alberga varios talleres donde los artesanos trabajan la madera, la cerámica, el tejido de alfombras e incluso la chilaba de seda y los botones de seda. Aquí tendrás la oportunidad de ver su trabajo y aprender su oficio.

Después, regresarás a Fez por la noche, y allí cenarás por tu cuenta. Tu guía puede darte recomendaciones para una comida deliciosa.

Empieza temprano hoy, ¡porque recorrerás mucho terreno para llegar al desierto del Sahara!

Empezarás atravesando las montañas del Atlas Medio por la ciudad de Azrou y sus majestuosos bosques de cedros. Aquí, podrás desviarte brevemente hacia el pintoresco Bosque de Cèdre Gouraud, donde tropas de monos macacos de Berbería descansan en antiguos cedros cerca de la carretera.

Harás una parada para almorzar en Midelt, que se asienta en una fría y elevada meseta desértica. A pesar de la dureza del paisaje, Midelt es conocida como la "Ciudad de la Manzana" de Marruecos por sus productivos huertos. Esto sólo es posible porque el río Moulouya (el tercer río más largo de Marruecos) proporciona agua durante todo el año mientras corre hacia el mar Mediterráneo.

Continuando, atravesarás un paisaje de escarpadas cadenas montañosas, amplios valles y estrechos pasos de cañón. Seguirás el valle del Ziz, un importante ramal de la antigua ruta comercial sahariana. Empezarás a ver muchas casas fortificadas (conocidas como ksars) que construyeron los mercaderes para proteger el oro, la sal y las especias que pasaban por allí.

Tras cruzar el increíble desfiladero del Ziz, empezarás a ver los primeros signos de las dunas de arena saharianas. Estas dunas arrastradas por el viento están en constante movimiento, lo que a menudo las lleva a invadir granjas, carreteras y edificios. También podrás ver aquí un antiguo método de "extracción" de agua, una ingeniosa forma de transferir agua de las montañas a las tierras de cultivo, que se empleaba antes de que se inventaran las bombas modernas. Por el camino, verás pastores nómadas y algunas tiendas en esta zona.

Erfoud es una bulliciosa ciudad-mercado conocida por los dátiles y los fósiles. En ruta, verás minas en las laderas donde se extraen de la tierra grandes rocas fósiles. Puedes parar en un colectivo de artesanos locales para conocer los tipos de fósiles que se encuentran en la zona y ver el proceso completo de transformación de la roca rica en fósiles en bellos productos, grandes y pequeños. Verás las enormes dunas de Erg Chebbi a lo lejos. Este extenso mar de arena cubre casi 22 millas, con algunas dunas que se elevan a más de 650 pies de altura.

Cerca de Merzouga, puedes hacer un breve descanso mientras te preparas para el viaje a tu campamento en el desierto. Si vas en camello, llegarás al campamento justo antes de la puesta de sol. Puedes subir para contemplar la colorida puesta de sol reflejándose en las dunas de arena.

Regresa al campamento para cenar y disfrutar de una noche de música tradicional bereber junto al fuego. Casi no hay contaminación lumínica en esta región, así que asegúrate de mirar el cielo nocturno estrellado antes de irte a la cama.

Si eres madrugador, serás recompensado con un amanecer sobre las dunas. Desayunarás en tu campamento antes de iniciar la salida en dromedario de Erg Chebbi.

Al salir de las dunas, comenzarás un viaje realmente espectacular por las remotas tierras fronterizas del Sáhara. Quizá quieras parar en Rissani antes de emprender el camino por las llanuras desérticas. Rissani es un buen lugar para pasear por un mercado tradicional, sobre todo los días de mercado, cuando se compran y venden muchos animales. Asegúrate de pasar por el "aparcamiento de burros" mientras estés allí.

Mientras conduces, verás amplias vistas de llanuras desérticas, altas montañas y escarpadas mesetas por todas partes. Este viaje da una sensación real de naturaleza salvaje y es impresionante en su grandeza. Verás bosques de acacias especialmente adaptados en tu camino. No dudes en parar en el pueblo de Alnif para ver talleres locales de fósiles por el camino.

Harás una pausa para comer en la ciudad oasis de Tinghir. Podrás hacer una excursión de 40 minutos a la garganta de Toudgha (o Todra), un desfiladero de acantilados escarpados que es un destino maravilloso para practicar senderismo y boulder.

Seguirás hasta el desfiladero de Dadès, que atraviesa un paisaje dramático de montañas con rayas rojas y malvas. El valle es un oasis irrigado de huertos de higueras, almendros y olivos, salpicado de Kasbahs en ruinas y de los pueblos bereberes de Aït Youl, Aït Arbi, Aït Oudinar, Aït Ouffi y Aït Toukhsine. Pasarás la noche aquí y podrás explorar el épico paisaje por la noche.

Levántate temprano hoy para contemplar la belleza de las montañas del desierto. Tras el desayuno, iniciarás la ruta hacia Marrakech.

El viaje comienza a lo largo del Valle de las Mil Kasbahs, siendo una kasbah un "fuerte" fortificado donde vivían antiguamente los jefes y terratenientes. Muchas kasbahs están ahora en mal estado porque estaban hechas de barro pise. Entre los pequeños pueblos de esta zona, puedes ver diversas actividades agrícolas, muchas de las cuales siguen utilizando métodos tradicionales. Es frecuente encontrar nómadas pastoreando sus ovejas, cabras y camellos.

Antes de llegar a Ouarzazate, verás el importante embalse de El Mansour. Proporciona agua para uso doméstico, para la agricultura y para generar energía hidroeléctrica. En las inmediaciones se está desarrollando una importante central de energía solar.

Tras dejar Ouarzazate, conducirás hasta Aït Benhaddou. Es la Kasbah más famosa de Marruecos y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Se cree que el antiguo ksar data del siglo XI, cuando ocupaba una posición importante en la ruta comercial transahariana entre Marrakech, Ouarzazate y el desierto del sur. Pasarás la noche cerca de la Kasbah.

Hoy cruzarás las montañas del Alto Atlas que separan Ouarzazate de Marrakech. Si ayer no pudiste visitar Aït Benhaddou (o si quieres volver a visitar la ciudad para verla a la luz de la mañana), puedes explorar el ksar después de salir de Ouarzazate.

Serpentearás por las áridas laderas desérticas del Alto Atlas a través del paso de Tizi-n-Tichka. Cerca de la cima del Tizi-n-Tichka, disfrutarás de increíbles vistas panorámicas de la cordillera y de las llanuras de Marrakech que se extienden más abajo. No pierdas de vista el monte Toubkal, la montaña más alta de África del Norte, que está al oeste. A medida que desciendas por las laderas orientadas al norte de las montañas del Alto Atlas, notarás un cambio drástico en el clima y el paisaje, y cruzarás profundos valles fluviales y abundantes huertos de almendros y nogales. Pronto dejarás atrás la tranquilidad del desierto y las montañas para adentrarte en el bullicio de la vibrante Marrakech.

Una vez en Marrakech, podrás pasar el resto de la tarde a un ritmo más lento. A primera hora de la noche, la plaza principal de la medina, la Jemaa el Fna, cobra vida con músicos, artistas, encantadores de serpientes, juegos, puestos de comida y mucho más. Hay muchos cafés alrededor de la plaza donde puedes sentarte y disfrutar del espectáculo mientras comes.

Después de desayunar, te reunirás con tu guía local, que te conducirá por la impresionante ciudad vieja de Marrakech. Mientras exploras este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, te encontrarás con animados zocos y laberínticas callejuelas. Te deslumbrarán las exhibiciones de djellabas, babuchas de vivos colores, farolillos intrincadamente calados, montones cónicos de especias exóticas y el intenso bullicio de la vida en la medina. Tu guía experto podrá contarte la historia y las anécdotas de la Medina, el Zoco y los barrios Mellah de la ciudad vieja.

La mayoría de los mejores chefs que trabajan para la Familia Real son de Marrakech, y la ciudad tiene una de las mejores comidas del país. Esto incluye comida callejera que seguramente no deberías perderte. Pide a tu guía recomendaciones para comer en la capital culinaria de Marruecos.

Por la tarde, tu visita privada continúa, explorando lugares como los Palacios de la Bahía y El Badii, los Jardines Majorelle y las Tumbas Saadien. Tras la visita, regresarás a tu hotel para relajarte. Cuando el sol empieza a ponerse y la temperatura se enfría, la ciudad roja cobra vida y los lugareños convergen en la Jemaa El Fnaa. Siéntete libre de explorar Marrakech por tu cuenta por la noche para ver otra cara de la ciudad.

Hoy saldrás temprano para dirigirte a Casablanca por la ruta costera. Visitarás dos antiguas ciudades fortificadas portuguesas por el camino.

La primera ciudad que encontrarás es El Jadida, donde recorrerás la cisterna portuguesa, de una belleza inquietante. También podrás recorrer las murallas y visitar la Iglesia de la Asunción.

A continuación está Azemour, que ha inspirado a muchos artistas marroquíes a lo largo de las décadas, algunos de los cuales han elegido vivir aquí. La vida aquí sigue siendo tradicional, a pesar de su proximidad al cosmopolita mercado del arte de Casablanca. Una medina del siglo XVI en ruinas, encajonada entre el Oud Er-Rbia (río Madre de la Primavera) y el océano, proporciona abundante inspiración artística.

Una vez en Casablanca, te registrarás en tu hotel del centro. A continuación, tu guía te recogerá para iniciar otro recorrido por Casablanca. Podrás visitar los lugares que te perdiste a tu llegada. Después, tómate un tiempo para disfrutar de tu última velada. Empápate de Casablanca y de toda su belleza, antes de volver a casa mañana.

Después del desayuno, viajarás 45 minutos al Aeropuerto Internacional Mohamed V de Casablanca para preparar tu vuelo de salida. ¡Llévate a casa todos los recuerdos históricos y llenos de color del hermoso Marruecos!