A tu llegada a Dublín, uno de nuestros vehículos te estará esperando en el aeropuerto para recibirte y trasladarte cómoda y rápidamente al hotel. El resto del día lo tendrás libre para relajarte y, si lo deseas, empezar a disfrutar de esta ciudad a tu propio ritmo.
Dublín es una ciudad íntima, con el encanto de un pueblo y la calidez de un auténtico pub irlandés. Rodeada de montañas y bordeada por una hermosa bahía, sus calles y callejuelas están llenas de edificios artísticos e históricos, cafés modernos y pubs tradicionales.
Paseando por sus calles, puedes sentir la energía de más de 1000 años de historia. Los vestigios de los vikingos se entrelazan con bulliciosas tiendas, mientras las calles adoquinadas resuenan con la música de los artistas callejeros: los parques del siglo XVIII acogen festivales, proyecciones de películas y mercados de alimentos.
Consejo: ¡Acuérdate de meter en la maleta un chubasquero o un paraguas! ¡El tiempo en la ciudad es bastante impredecible!