La ruta de Darwin desde Punta Arenas - 8 noches

Preséntate en el muelle de Australis en Av. Costanera del Estrecho 1398 (Puerto Arturo Prat) en Punta Arenas entre las 13:00 y las 17:00 (1-5 PM) del día de salida de tu crucero. Embarca en el crucero Australis a las 18:00 (6 PM). Tras un cóctel de bienvenida con el capitán y la tripulación, el barco zarpa hacia uno de los rincones más remotos del planeta Tierra. Durante la noche cruzaremos el Estrecho de Magallanes y nos adentraremos en el laberinto de canales que definen el extremo sur de la Patagonia. Las centelleantes luces de Punta Arenas se desvanecen gradualmente en la distancia a medida que nos adentramos en el Canal Whiteside, entre la Isla Darwin y la Isla Grande de Tierra del Fuego.

Al amanecer, el barco navega por el Seno Almirantazgo, una espectacular rama del Estrecho de Magallanes que se extiende casi hasta la mitad de Tierra del Fuego. Los picos nevados del Parque Natural Karukinka se extienden a lo largo de la orilla norte del estrecho, mientras que la orilla sur está definida por los profundos fiordos y las amplias bahías del Parque Nacional Alberto de Agostini. Desembarcaremos en la bahía de Ainsworth, que alberga abundante avifauna y una colonia de elefantes marinos del sur que a veces pueden avistarse desde las zodiacs. Hay dos excursiones guiadas disponibles: una bordea un arroyo, una turbera y un hábitat de castores hasta llegar a una pared rocosa cubierta de cascadas y musgo, escondida en lo más profundo de un prístino bosque subpolar; la otra es una caminata más extenuante por la cresta de una morrena glaciar. Ambas ofrecen vistas del glaciar Marinelli y de las montañas Darwin.

Dejando atrás la bahía Ainsworth, navegaremos hacia el oeste por el estrecho hasta los islotes Tucker. Después de comer, volvemos a subir a las zodiacs para ver de cerca a los pingüinos de Magallanes que habitan las diminutas islas. Más de 4.000 pingüinos utilizan Tucker como lugar para anidar, dar a luz y criar a sus polluelos. Muchas otras especies de aves también frecuentan la zona, como cormoranes reales, ostreros, skúas chilenos, gansos de algas, gaviotas delfín, águilas e incluso el ocasional cóndor andino. En septiembre y abril -cuando los pingüinos viven en otro lugar- esta excursión se sustituye por un corto paseo hasta un glaciar en la cercana e impresionante bahía Brookes.

Durante la noche navegaremos por el extremo occidental de Tierra del Fuego a través de los estrechísimos canales Gabrial, Magdalena y Cockburn. Tras rodear la remota Península de Brecknock, el crucero Australis vira hacia el este y entra de nuevo en el Canal de Beagle. Por la mañana entraremos en el fiordo Pia y embarcaremos en las zodiacs para realizar una excursión al glaciar Pia. Tras desembarcar, haremos una corta caminata para obtener una vista panorámica del espectacular glaciar, que se extiende desde las cimas de las montañas hasta el mar, o una caminata más larga, mucho más difícil, por una morrena lateral del antiguo glaciar Pia. Nadie sabe con certeza cómo obtuvo su nombre femenino la enorme masa de nieve y hielo, pero una teoría dice que se llamó así por la princesa María Pía de Saboya (1847-1911), hija del rey italiano.

De vuelta a bordo del buque Australis, continuamos hacia el este por el Canal de Beagle a través de una zona llamada Callejón de los Glaciares. Haciendo honor a su nombre, el pasaje presenta una serie de impresionantes glaciares de marea que descienden de las Montañas Darwin y la Capa de Hielo Darwin en la costa norte. La mayoría de ellos llevan nombres de países europeos: Holanda, Italia, Alemania, España y Francia.

La bahía de Wulaia es uno de los pocos lugares del archipiélago donde la historia humana es tan cautivadora como el entorno natural. Originalmente el lugar de uno de los mayores asentamientos aborígenes yámana de la región, la bahía fue descrita por Charles Darwin y dibujada por el capitán FitzRoy en la década de 1830 durante sus viajes en el HMS Beagle. Esta zona también es famosa por su hipnotizante belleza y su dramática geografía.

Tras una visita al pequeño museo patrocinado por Australis en la antigua estación de radio -que trata especialmente sobre el pueblo yámana y los misioneros europeos de la zona-, los pasajeros pueden elegir entre tres excursiones (de dificultad creciente) que ascienden por la montaña de madera pesada que hay detrás de la bahía. En todas ellas pasearás por un bosque magallánico encantado de lengas, coigües, canelos, helechos ñirres y otra fauna endémica hasta llegar a un mirador panorámico con vistas a la bahía. Antes de abandonar la bahía de Wulaia, echa algo en el barril de madera para el correo que hay en el interior del museo: cartas o postales destinadas a ser entregadas en mano por futuros viajeros, una antigua tradición marinera recuperada por Australis.

Por la tarde navegaremos por la bahía de Nassau hacia el remoto archipiélago que incluye el Parque Nacional del Cabo de Hornos. Si las condiciones meteorológicas y marítimas lo permiten, desembarcaremos en la isla azotada por el viento que alberga el legendario Cabo de Hornos. Descubierto en 1616 por una expedición marítima holandesa -y bautizado con el nombre de la ciudad de Hoorn, en Frisia Occidental-, el Cabo de Hornos es un escarpado promontorio rocoso de 425 metros de altura que domina las turbulentas aguas del Paso de Drake. Durante muchos años fue la única ruta de navegación entre el Pacífico y el Atlántico, y a menudo se le llamaba el "Fin de la Tierra". El parque fue declarado Reserva Mundial de la Biosfera por la UNESCO en 2005. La armada chilena mantiene un faro permanente en la isla, atendido por un farero y su familia, así como la pequeña capilla Stella Maris y el moderno Monumento al Cabo de Hornos.

A la mañana siguiente navegaremos hacia aguas argentinas y atracaremos en Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. El desembarco está previsto a las 8 de la mañana. Dispones de casi un día entero para explorar Ushuaia, que se fundó en 1884 y fue uno de los puntos de contacto originales entre las culturas indígenas yámana y europea. El nombre de la ciudad deriva de la palabra yámana que significa "bahía penetrante". Con unos 65.000 habitantes, Ushuaia es la segunda ciudad más grande de Tierra del Fuego (después de Río Grande) y está rodeada por los picos más australes de los Andes. Entre sus lugares más destacados está el Presidio del Fin del Mundo, un antiguo centro penitenciario que ahora es un museo marítimo que alberga una colección antártica y un monumento en memoria de los que estuvieron encarcelados allí. La ciudad también es buena para ir de compras (especialmente chocolate de fabricación local) o pasar el rato en sus numerosos cafés.

Los pasajeros deben volver a embarcar a las 17:30 horas. Tras un brindis de bienvenida y la presentación del capitán y la tripulación a los nuevos pasajeros que se incorporan al crucero, el barco parte hacia más aventuras en Tierra del Fuego. Durante la noche atravesaremos el Canal de Beagle, cruzaremos de nuevo las aguas territoriales chilenas y nos adentraremos en el estrecho Canal Murray, entre las islas Navarino y Hoste.

A primera hora de la mañana, el crucero Australis navega de nuevo por la bahía de Nassau hacia el Cabo de Hornos. Nuestro itinerario repite los desembarcos y otras actividades del 4º día. Sin embargo, los segundos desembarcos en algunos de los lugares más emblemáticos de la ruta pueden ser a veces más gratificantes que la primera vez y te dan más tiempo para explorar cada lugar en profundidad. En el Cabo de Hornos tienes una segunda oportunidad de visitar la Capilla Stella Maris, charlar con el farero y su familia, o fotografiar la inusual flora subpolar que cubre las alturas.

En la bahía de Wulaia, explora el museo n mucha mayor profundidad, emprende un paseo más largo que la última vez, observa las aves a lo largo de la orilla, o busca en el barril del correo para ver si un antiguo visitante vive cerca de tu propia casa. Esta segunda aproximación también aumenta tus posibilidades de desembarcar en la Isla del Cabo de Hornos.

Al anochecer, volvemos a entrar en el Canal Beagle y navegamos hacia el oeste por el extremo sur de Tierra del Fuego, hacia un país de las maravillas acuático protegido dentro de los confines del Parque Nacional Alberto de Agostini. Por la mañana entraremos de nuevo en el fiordo Pia y tendremos otra oportunidad de caminar junto a su famoso glaciar.

Siguiendo hacia el oeste por el Canal Beagle, entramos en otro largo fiordo y anclamos cerca del glaciar Garibaldi para otra excursión por tierra. Garibaldi es uno de los tres únicos glaciares de la Patagonia que están ganando masa en lugar de permanecer igual o reducirse lentamente. Esta vez caminaremos a través de un bosque magallánico virgen hasta una cascada glaciar, una imponente pared de helechos y musgo, y espectaculares miradores con vistas al glaciar y al fiordo. La caminata es exigente -muy empinada, sendero insignificante, pisada dura- y no es para todo el mundo. Para los que decidan permanecer a bordo, nuestro capitán apuntará la proa hacia el hermoso glaciar Garibaldi, de color azul cielo, para que todos puedan disfrutar de la vista panorámica desde las cubiertas superiores.

Por la mañana temprano navegaremos por el Canal Cockburn y entraremos en el Seno Agostini, donde es posible ver glaciares que descienden desde la mitad de la Cordillera Darwin, algunos de los cuales llegan hasta el agua. Desembarcaremos y daremos un paseo fácil por una laguna formada por el deshielo del glaciar Águila, llegando finalmente a un punto justo delante de ese glaciar con unas vistas impresionantes. Por la tarde, nos acercaremos al glaciar del Cóndor en zodiac, y con suerte veremos algunos de los abundantes cóndores andinos de la zona.

Tras un crucero nocturno a través del Canal de Magdalena y de vuelta al Estrecho de Magallanes, fondearemos frente a la Isla Magdalena, situada aproximadamente a medio camino entre Tierra del Fuego y el continente chileno. Coronada por un característico faro, la isla solía ser una fuente esencial de suministros para navegantes y exploradores, y está habitada por una inmensa colonia de pingüinos magallánicos. Al amanecer, si el tiempo lo permite, desembarcamos y recorremos un sendero que conduce entre miles de pingüinos hasta un pequeño museo alojado en el interior del antiguo faro de 1902. En la isla también se encuentran muchas otras especies de aves.

En septiembre y abril -cuando los pingüinos habitan en otro lugar- esta excursión se sustituye por un paseo a bordo de zodiacs hasta la isla Marta para observar leones marinos sudamericanos. Tras un breve crucero hacia el sur por el estrecho, el desembarco en Punta Arenas está previsto hacia las 11.30 h.

*En la isla Magdalena están prohibidos los trípodes.