No puedes decir que has viajado por toda Europa hasta que no has estado en Escandinavia. Esta tierra de belleza natural y estilo minimalista es enorme y tan diferente del resto de Europa, que pensamos que merecía un paquete entero para ella sola.
Empieza tu viaje por el norte de Europa con un par de noches en Berlín antes de dirigirte a la capital danesa. La liberal y encantadora ciudad de Copenhague seguro que te conquistará con su asombrosa arquitectura y sus amables habitantes. No te pierdas tampoco sus castillos cercanos, de una belleza asombrosa. Luego dirígete hacia el norte (con la cámara en la mano) a través de la impresionante campiña sueca hasta Noruega. Su capital, Oslo, te acogerá con los brazos abiertos y te ofrecerá una gran variedad de museos y lugares de interés a los que podrás llegar fácilmente a pie. Si te adentras más en los fiordos, también podrás disfrutar de la gran naturaleza escandinava con el más impresionante de los telones de fondo.
Vuelve a Suecia y dirígete a la colorida Estocolmo, una de las ciudades más bellas del mundo. Contemporánea, elegante y con estilo son sólo algunas de las palabras que podríamos utilizar para describir esta joya. Tras un par de noches aquí, toma el ferry nocturno que cruza el mar Báltico hasta Helsinki (Finlandia), una ciudad portuaria situada en un pintoresco fiordo. Rebosante de arte vanguardista y una escena de bares alternativos, ¡tendrás un montón de oportunidades para hacerte fotos!
Si no quieres detenerte allí, siempre puedes cruzar el Golfo de Finlandia para explorar el Báltico, empezando en Tallin (Estonia). Ponte en contacto con nosotros para crear una ruta personalizada.